y un semblante
crea
inquieta expectativa
con el espero
un tren de tesoros
labios anchos
que llueven artificios
a menudo
lo menudo
me tiembla
su chasquido
con el espero la huella
que no habla
y el aire se arquea
hasta los tibios tobillos
rumba riegas
tendido a mi lado
entre mis costillas
entre mis graderías
para que canastas de largas lenguas
sonidos de finos marfiles
penetren la paciencia
.
Nos pasamos
con el espero
y con él
un tren de tin tin de huecos huesos
y fibra negra
.
.
.